LAS COSAS DEL REALEJO (1)

Esta mañana de la recién estrenada cuaresma, iba por la calle Molinos, con la apretura del frío que este invierno nos ha regalado. Dándome el sol en la cara. Y en esos cruces de personas que cuando la luz te da en la cara son sólo sombras, adiviné los andares y la figura de alguien conocido. Efectivamente era la madre de un amigo que caminaba dirección Realejo con una bolsa en la mano. Me paré con ella, porque venía el hombre este que va dando voces por la calle y la mujer se atemoriza cuando lo ve.
Le pregunté por su hijo que está trabajando durante la semana en un pueblo de Granada, y le pregunté por las satisfaciones que le está dando el fútbol este año. Después de una conversación corta, lo justo para que el hombre, que tira de un carrillo, pasara de largo y blasfemara en tres ocasiones, en tan sólo cuatro segundos, nos despedimos y me dijo con esa expresión que sólo los del Realejo de verdad entienden: " voy a reciclar y a ver al Señor". Sin más apellidos, ni más pistas. Ni falta que hacían. En el Realejo el Señor es el Señor. Estas son las cosas de este barrio.