Y por fín llegó ese día, como decía la sevillana compuesta para la ocasión por Juan Cruz y que tanto se cantó aquel mes de mayo de hace cinco años. Llegó el día 20 de Mayo de 2007 y desde muy temprano las casas de muchas familias greñúas se despertaron con aroma de fiesta. De fiesta grande e importante. Los chaqués, las mantillas negras, las medallas conmemorativas, las invitaciones de acceso a la Catedral ocupaban un lugar visible y controlado en las casas. Desayuno con corona en la mente y de Pontifical, nunca mejor dicho, todos a la Catedral a asistir a un sueño que se hacía realidad.
Todo preparado para que Don Javier pudiera acceder al paso sin dificultad
Al entrar, y aunque se puso mucho interés en explicarlo previamente, todos a buscar su asiento y disponer sus sentidos para no perderse ni uno de los momentos que se iban a vivir. Cámaras enfocando objetivos para intentar captar el momento. Poco a poco se fue poblando todo el aforo y que se calculó que sobrepasó los 3.000 espectadores, a tenor de estar practicamente abarrotados los bancos de la catedral más las sillas dispuestas y la gente que se agolpaba en los lugares que no había asientos.
Comenzó la ceremonia con la solemnidad que requieren estos eventos. La Orquesta Sinfónica Ciudad de la Alhambra y una cuerda de voces de casi 100 personas interpretaron durante la ceremonia larga y solemne por sus ritos, la misa de Coronación de Mozart. Todo el protocolo estaba precisamente medido. Nada se dejó a la improvisación, como tienen que hacerse las cosas cuando uno quiere estar a la altura.
Aunque un poco desenfocada, esta instantánea recoge el momento en que Sebastián Pérez entrega la Corona al Arzobispo para que proceda al rito en sí de la Coronación
Llegó el rito de la coronación y con una solemnidad y respeto hasta ahora desconocidos en estos actos, Don Sebastián Pérez Ortiz portaba la corona hasta el paso acompañado de sus esposa y Don Jaime Jiménez Villena de la suya también formaban parte en la pequeña comitiva que se acercó hasta el paso de María Santísima. Eran las 14.03 del domingo de la Ascensión, cuando el Arzobispo de Granada, entre una salva de cohetes, aplausos y vítores de los allí presentes, imponía sobre las sienes de la Virgen la Corona que venía a reconocer su devoción entre las más importantes de esta Diócesis. Su sólo recuerdo me arranca una sonrisa de satifacción.
Portada de Gólgota del mes de Junio en la que se recogía el momento en que el Arzobispo impone la Corona a
María Santísima de la Misericordia
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