Foto extraida del blog gregocostalero
Era su sueño desde que igualaba en la cruz de la Hermandad, cuando apenas era un niño. Alvaro es un joven estudiante de derecho que desde hace algún tiempo los Viernes Santos, como cualquier cofrade, se levanta y alza su vista hacia el cielo esperando que sea azul su color. Anoche lo vio en weather, pero la meteorología es muy traicionera, y sólo a Dios se cree sin ver. En un pensamiento reflejo, mientras observa su ropa de costalero, recordará las tardes de gélido invierno, racheando su pasión costalera por los mojados empedrados del Realejo, bajo la frialdad de la parihuela desnuda. Hará balance de sus ensayos, recordará la palabra de aliento, en un ensayo, del costero al que va “fijando” en la cuarta. Ese cuarentón al que mira con admiración y cuya trayectoria quiere imitar. Su memoria le traerá la conversación lejana con sus compañeros contemporáneos tras el ensayo, tomando una cerveza y una tapa para reponer parte de la energía gastada tras el ensayo. Hará un recuento, ...“¡Dios mío ¡ parece que fue ayer y ya hace tres años que llegué a la cuadrilla”... Tres años que fue a la igualá y le dieron un sitio en la cuadrilla de la Hermandad de los Favores. En tan pocos años, que para él ya son muchos, cuantos buenos momentos ¡ y cuantos malos....! los pasos pesan, amigo mío ¿ Pero cuantos buenos amigos se hacen en los malos momentos debajo del paso? !Como une compartir el peso de nuestra hermandad!. Alvaro disfruta de la ilusión de los momentos previos, el Viernes Santo es el día en el que lleva pensando todo un año.
Dedicado a los más jóvenes que viven con pasión, ilusión y mucha verdad, el valioso empeño de ser costalero.
Bonita entrada. Sí señor. Un abrazo desde la parte baja del barrio.
ResponderEliminarAlgunos que empezaron con catorce años y ahora rondan los cuarenta largos se han sentido identificados con la entrada pero no crees que la juventud se puede sentir a veces un poco marginadas por las mal llamadas viejas glorias.
ResponderEliminarLa marginación es una actitud que lleva aparejada el rechazo, y yo dudo que nadie rechace a nadie debajo de un paso. Pienso que hay jóvenes que no entienden que los escalones se suben de uno en uno por mucho que uno se crea. La trayectoria de determinados costaleros en cada cuadrilla avalan una experiencia, aspecto este que repercute en el rendimiento de un costalero.
ResponderEliminarEl respeto a los mayores era una cosa que nos enseñaban desde niños y no al revés