Muy buenas.
Hace siete días viviamos un nuevo Viernes Santo que, como cada año, volvía a ser especial. Como cada año, faltaban algunos a la cita, que por diversos motivos, habían decidido no salir, y en cambio cruzaban las puertas gloriosas de las parihuelas de los pasos de la Hermandad nuevas incorporaciones que iban a vivir por primera vez lo especial que es el Viernes Santo en el Realejo bajo los pasos de Los Favores. La ilusión se renovaba como cada año, y las caras de todos, veteranos y menos veteranos, dejaban ver las ganas de una cuadrilla que siempre se ha vaciado por sus Sagrados Titulares y por su hermandad. En los momentos previos podía intuirse ese cosquilleo que aparece como cada año cuando vamos al encuentro de Ellos. El cosquilleo de las grandes citas para los costaleros grandes. Que nada ni nadie nos haga perder nunca ese cosquilleo, que eso es patrimonio personal de cada uno y mide la verdadera importancia y la dimensión de nuestro cariño y responsabilidad hacia el desempeño del oficio costalero.
Yo solamente quería agradeceros mediante estas letras vuestra consideración, vuestro respeto, vuestra entrega, vuestro trabajo que nunca nadie sabrá valorar en su justa medida, la medida que da el saber comportarse y actuar como Costaleros y como Greñúos, como cada año desde hace 34.
Recibe un fraternal abrazo y más sincero agradecimiento y enhorabuena.
Alberto Ortega