Si al mirarte a la cara me vienen a la memoria costales blancos y maderas que cuentan relatos de antaño y de buen hacer… quizá sea por que son buenos los recuerdos vividos.
Si al mirar tus clavos quedan en mi retina barrios empedraos y con sabor a tambor y saeta… seguramente sea porque el disfrutar vino unido a quererte y el quererte vino unido a sentirte cuando solo se escucha silencio y una salve lejana.
Cuando miro tu cruz y siento tu dolor, me acuerdo del que llevo al lado, y le ayudo a que la pelea sea siempre nuestra y el compás lo pongan los pies racheaos y siempre de frente.
Tres potencias llevas, dos por lo que fue y una por lo que será….porque historia y futuro llevas bajo tu paso.
Cuando inicie mi camino hacia ti, mucho era el respeto que yo tenia, pues iba a encontrarme a un vecino de barrio añejo, de saber hacer, y yo sabia que mucho ibas a enseñarme, pero es tan grande tu nombre…
A veces quizás por la inocencia de la edad o por estos tiempos que corren, nos creemos mas de lo que cuentan los libros y no abrimos los ojos hasta que no paramos a escucharte, a sentirte, a rezarte…, y es cuando aprendemos a ser costaleros y a disfrutar de lo que tantas veces nos dicen los maestros de este arte, porque tu me has enseñado humildad, me has enseñado oración y si tres favores he de pedirte, que uno sea el seguir teniendo el privilegio de aprender bajo tu paso. Y si me das la oportunidad de gastar los dos que me quedan, que uno sea darte gracias por hacerme sentir tu pasión y el último que no sea para mí, sino para quienes me acompañan cada Viernes Santo. Con ellos iré siempre al cielo y hasta que el Realejo quiera, Cristo de los favores seremos tus Costaleros.