Ahora nos encontramos en un periodo de vulgarización de lo bello, y esa vulgarización se pone muy en evidencia cuando «levantamos el faldón».
¿De dónde vendrá esa moda que está convirtiendo a algunos costaleros en un icono de gimnasios o tribus urbanas? Sólo tenemos que darnos una vuelta por algunos de los ensayos para comprobarlo. Costales calados hasta la mitad del tabique nasal que hacen imposible la visión, teniendo el individuo que echar la cabeza tan hacia atrás para ver que podría producirle una lesión cervical más grave que si estuviese debajo del paso. Pantalones remangados hasta la rodilla como si estuviesen faenando arroz en el bajo Guadalquivir. Andares amenazadores (cuando salen del trabajo) al estilo hermanos Dalton en el oeste americano. Camisetas de tirantas con «agujeritos», de tallas pequeñas para resaltar, en el mejor de los casos, alguna que otra barriga cervecera. Costales multicolor, y una nueva jerga que nunca se ha escuchado de respiradero hacia abajo. Pero lo que me parece más significativo es el poder que tienen, o dicen tener, en el ámbito de la cuadrilla y la hermandad. Ellos se sienten semidioses por el trabajo que hacen. Son idolatrados por una cohorte de pelotas y aduladores y se permiten poner en jaque a alguna que otra junta de gobierno. Yo no estoy pidiendo una uniformidad generalizada pero tampoco un campeonato cutre de halterofilia, ni un exhibicionismo de baja estofa. ¡Cuanto ha cambiado la gente de abajo desde aquella primavera del 85 en la que me igualó «El Penitente»! En fin, estamos en crisis, ya lo sabemos, pero la de falta de valores, buenas maneras y educación es más dañina, si cabe, que la económica que estamos padeciendo. de Ricardo Suarez, publicado en el diario ABC de Sevilla el 23/02/10
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ResponderEliminarSolo las generaciones que ahora estais tan eufòricos con el sentimiento Greñuo podeis impedir que esto no pase en vuestra cuadrilla.Oido Lalo ,Fofi y demàs musculìticos
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo.
ResponderEliminarEnhorabuena por el articulo, lo has bordado.
ResponderEliminarAmigo la razón en nuestra cuadrilla siempre ha habido musculitos, creo que tenemos un capataz con unos auxiliares que son los que deben encargarse de que esto no ocurra, nosotros lo que tenemos que hacer es arropar a la gente nueva, ayudarla y coger to los kilos que podamos.
ResponderEliminarNo estoy deacuerdo del todo con el articulo pues debajo del faldon cada uno que trabaje como mas comodo este mientras el tio empuje para arriba, ahora bien es fuera del paso donde no se deberia permitir que un costalero que esta realizando una estación de penitencia que supuestamente es personal valla dando el cante, yo por quitar quitaba hasta las sudaderas ya que creo que es otra forma de llamar la atención, si el costalero debe llevar algo igual son las zapatillas, y la ropa del color que la hermandad diga.
Me parece a mi que el fallo no esta en la gente de abajo, mas bien en la gente que quiere que se haga todo como a el le gusta. Es decir, si un costalero, sea de la cuadrilla que sea, le gusta llevar el costal por el tabique nasal..pues que lo lleve, no somos nadie para decir como se tiene que ir debajo del paso siempre y cuando se cumplan con los requisitos básicos. Lo he dicho mil veces, ni el que lleva el costal así es el mejor de los mejores ni el que lo lleva por encima d ela ceja es el peor de los peores, el que me resulta ser un "manta" es el que se dedica a cuestionar al compañero.
ResponderEliminarPersonalmente me considero un costalero obediente con el capataz, así pués trato de no dar la nota , ni pasarme ni quedarme corto, pero si algún dia eso me ocurriera lo que mas me jodería es que gente que también se mete bajo una trabajadera me cuestionara o hiciera juicios de valor.
Lolo Valenzuela.
Estoy de acuerdo con el articulo que ha servido para esta entrada, aunque quisiera hacer alguna puntualización, siempre desde mi opinión.
ResponderEliminarNo me gustan, a mí, los costales por debajo de los ojos y de colorines, los pantalones remangados, las camisetas de tirantes, en resumen, todos esas modas que podríamos achacar a los "pintureros" (pongo entre comillas para no ofender a nadie).
Quiero aclarar que esas modas no me gustan, pero tambien quiero decir que no soy nadie para prohibir a nadie que las hagan suyas. Pero una cosa si tiene que estar clara. Debajo de los pasos podremos ir como cada uno quiera ir ( a lo que a indumentaria se refiere), pero una vez fuera de estos, uno tiene que pasar lo más desapercibido posible y claro está que estas "indumentarias" no ayudan mucho.
Estoy de acuerdo con que las hermandades marquen unas pautas de vestimenta a los costaleros. En definitiva forman parte de la hermandad, están haciendo la estación de penitencia y al igual que a los nazarenos, además del hábito, se les exige calzado y calcetines de un color determinado, a los costaleros se les debe exigir unas pautos de uniformidad.
Es mi opinión.
Fdo. LOPEZ.