No se que pasa cuando acaba la Semana Santa que lo único que me preocupa es lo que falta para la siguiente. No llega la inspiración. Que desastre, que desangelado se queda uno cuando esto acaba. Se ha ido el año del 30 Aniversario y ese ya no volverá más. Ahora, como se ha dicho hasta la saciedad, se empieza a escribir los próximos y esos son más importantes, precisamente por eso; porque están por escribir.
Cuando pasa la Semana Santa, venga recuerdos, venga críticas, venga zancadillas. Venga preguntas, para luego no querer escuchar respuestas. Esos que vienen siendo amigos, y luego de amigos “nasti de plasti”, calzan punteras de hierro con las que darte un puntapié cuando te das media vuelta. Se pensarán más de uno que a estas alturas de la película, todos andamos confundidos. Cuanta ingenuidad. Como la ingenuidad de los decretos, que pretenden tomarnos por borregos.Lo que más gusta en estas fechas es reunirse con los que no preguntan, sino que cuentan, con los que no analizan, sino que sienten. Con aquellos que disfrutan con lo que han vivido y no tienen tanto interés en contar lo que han vivido los demás. No es necesario que nadie venga a regarnos el oído, es más importante saber si han sentido algo esta Semana Santa. Eso ocurrirá el próximo fin de semana.
Miesntras tanto el mismo día de hoy del año que viene ya habrá acabado esto y hasta eso corta la inspiración
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