Querido seguidor del blog que en muchos casos también eres costalero de la Cuadrilla de los Favores. He recibido tu comentario, que sabes, que ni se puede ni se debe de publicar. Menos cuando se hace desde el anonimato. No entro en valorar si es o no acertado, o justo, y si lleva o no razón, pero hay que saber que este blog es una ventana abierta a la calle donde se puede asomar todo el que pasea por la misma. Y tu y yo convendremos que no es necesario que nadie conozca las miserias de esta casa, que como todas las tiene.
Sería bueno que o bien pusiéramos nuestro nombre, o bien algún dato en el que poder saber quienes somos los que opinamos, y lo hiciéramos con total libertad.
Un grupo está vivo cuando tiene opiniones e inquietudes, y cuantas más opiniones más vida. Y esto si que es una máxima que nadie debe coartar. Sólo desde la autocrítica se crece. Una mirada crítica hacia dentro en un momento determinado supone un ejercicio de aseo necesario para que esta cuadrilla siga escribiendo páginas de su historia.
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