La cabezonería es una carácteristica propia de nuestra cuadrilla desde sus primeros días. Estudios científicos no han podido descifrar si el costalero de los Favores es cabezón antes de entrar o sufre una estraña mutación en sus genes al subir la cuesta por primera vez. No parece que en el aire del entorno parroquial se encuentre suspendida ninguna sustancia que perturbe el sentido de la razón.
Y no nos referíamos al tamaño físico del órgano en cuestión, que también. Porque si cogiéramos un metro, y alguna vez se ha hecho, nos asombraríamos del perímetro craneal de determinados especímenes que en sus tiempos acababan con las existencias de arpillera de los Vázquez. De hecho más de uno tomó como apellido "cabezón". Cabezas que han sido capaces de mover una parihuela cargada de kilos, o de soportar un cubo lleno de piedras sin apenas inmutarseEl asunto referido, es las controversias generadas ante temas baladís o evidentes y que más de uno los convierten en "causus belli". Lo cierto es que en más de una conversación se han podido ver a algunos costaleros greñúos discutiendo de forma persistente sobre un asunto que a primera vista no ofrece debate alguno. A poco que hiciéramos memoria entre todos recordaríamos discusiones históricas, bien sobre la calidad de una banda, sobre quien lleva mal el paso, etc...
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