Adios 2011



Se acerca el final de año y, como es costumbre, es tiempo de balance y de resumen. Estamos inmersos en una época que no deja disfrutar del todo de los complementos de nuestra vida diaria como pudiera considerarse que es la Hermandad. Andamos más pendientes de ocupar nuestro pensamiento con asuntos que nos preocupan más pos la gravedad de su situación y su repercusión en nuestro quehacer diario. Aún así, la Hermandad continúa su vida, y sigue construyendo su historia.
No hemos tenido grandes eventos ni noticias en este año que se nos va y para colmo el Viernes Santo la lluvia nos dejó dentro sin poder realizar nuestro fin principal de testimonio público y externo de fé. Algo que en otros momentos de la historia era considerado como una tragedia y que hoy en día, gracias a la vida de Hermandad, se le resta algo de importancia. Podríamos decir sin complejos ninguno que el 2011 no será uno de los años que se recuerden especialmente.
En la cuadrilla tampoco ha habido grandes novedades, a excepción del cambio en el equipo de ayudantes del capataz, y al que también la lluvia impidió que debutara. Que los ensayos se volvieron a realizar en el Campo del Príncipe, algo que no sucedía desde finales de los 80, podría ser la noticia más destacada de este año para la cuadrilla.
También estamos en tiempo de própositos. No sólo se deben hacer balances, sino que es conveniente y sano hacerse propósitos para el año que nos llega dentro de un par de días. El 2012 es año de elecciones en la Hermandad y como tal debe de ser un año de espectativas, de renovar ilusiones, de proyectos nuevos, de posibles cambios que dieran un soplo de aire fresco, tan necesario cada cierto tiempo.
Todos sabemos que nos mueve la devoción y el fervor al Santísimo Sancramento, y al misterio de la Redención de Cristo a través de los Favores de Nuestro Señor y la Misericordia de su Bendita Madre, esa es la verdadera gasolina de un motor llamado Hermandad. Pero ese motor es complejo y tiene muchas piezas que hay que saber encajar, calibrar y revisar cada cierto tiempo, para cambiarlas cuando se estropean por el desgaste o ya no realizan bien su función. Todo ello para que cuando entre la gasolina el motor siga produciendo la fuerza necesaria para seguir avanzando.
Todos deseamos lo mejor para la Hermandad, y ese es el próposito que me atrevo a decir que tenemos todos los hermanos de los Favores.