foto de una de las trabajaderas de la primera igualá a costal
"El costal no sirve para Granada porque aquí hay muchas cuestas y se pueden romper el cuello de los tíos". Esta era una afirmación casi textual que cuanto menos causaba carcajadas entre nosotros, puesto que desde 1501 San Cecilio, que es nuestra parroquia, está al final de una cuesta que tiene tela. "Yo he sacado tal paso en Sevilla( decía uno al que no voy a nombrar para no poner a la persona que lo decía en evidencia) y prefiero mil veces los hombros al costal". La opinión de este señor venía avalada por grandes personalidades del mundo del martillo de esta ciudad.
Total que a la cuadrilla de los Favores se le señaló con la letra escarlata y eramos considerados un contubernio "judeocostalero", al que había que eliminar.
Pero la situación cambió. Algunos -un par de ellos en verdad- mientras se movían en ambientes que despotricaban del costal, se fueron a Sevilla y se metieron debajo de los pasos. Eso dio lugar a un cambio de mentalidad. Otros buenos aficionados del mundo de abajo, empezaron a tener inquietudes y a darse cuenta que el mundo costalero ofrecía otra perspectiva que podía llevarlos más allá que lo que hasta ahora habían llegado. En definitiva empezaron a pensar que quizás el "loco" de San Cecilio y sus costaleros no estaban tan equivocados como venían pregonando estos años atrás. Recomiendo un artículo de Paco Estarli, creo que en el Gólgota de 1992, donde empezaba a hacerse pública justicia de la labor de nuestra cuadrilla esos 11 años de travesía solitaria con el costal.
Había un lider de la radio que nos llamaba los tontos del gorrito y todavìa sigue detrás de los micros.
ResponderEliminarEs por lo que a los que quedamos de esas primeras generaciones, somos tan reacios al artisteo que existe actualmente.
ResponderEliminarCuando solo dos cuadrillas de una hermandad ( Favores ) trabajaban a costal, trabajaban a costal, porque no enseñaban el costal, trabajaban a costal bajo los pasos de sus sagrados titulares. Trabajaban y trabajan a costal.
ResponderEliminarUno que sigue admirando a los que trabajan a costal, y respeta a los que lo enseñan, aunque no le guste nada.
Si tiráramos de hemeroteca más de uno tenían que esconderse debajo de la cama. Rajaban de los Favores y del costal. Lo primero todavía lo hacen, pero el costal es ahora bendito, ha pasado del cubo de la basura a los altares
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