¿Y LA AMISTAD, QUÉ?

Foto extraida de la web de la Hermnadad.

Ahora que se habla tanto de los estímulos del costalero, de si es más importante la afición o la devoción, o el sentimiento, o vete tú a saber que extrañas motivaciones nos hacen meternos debajo de un paso. Ahora que el leitmotiv de nuestra cuadrilla se encuentra en desuso y yo diría que hasta tristemente olvidado. Lanzo la pregunta: ¿y a donde se queda el vínculo fraternal? ¿Importa algo la amistad con los que van debajo de un paso?

Todos nos justificamos con el cariño o apego a la Hermandad, cuando buscamos sentido a nuestra manera de ser. La Hermandad y Nuestros Titulares. Está claro que ese es el sentimiento general y podríamos decir que hasta abstracto. ¿Pero no tendrá más peso en nuestros motivos la amistad, el cariño, los vínculos con los que nos hemos criado, que otra cosa? ¿Podemos entender la Hermandad y la Cuadrilla sin la amistad que hemos creado? Está claro que esos nexos comunes se han creado en torno a la que es nuestra Hermandad. Nos unió a la de los Favores, esa tela de araña que se iba formando en torno a nuestra cuadrilla, con los lazos de amistad entre unos y otros, y que se fue extendiendo a la Hermandad conforme pasaban los años.

Y es normal y hasta lo dejó el Señor escrito: “A Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”. Sin los vínculos fraternos entre hermanos, la Hermandad no tiene sentido. Proclamarse devoto máximo del Señor de los Favores o de la Misericordia, denominarse geñúo de postín es inútil, si al de al lado no lo respeto y quiero. Esto deja de tener sentido. No te cuelgues la medalla, no vayas a los cultos, no cumplas con los cabildos, no pagues la cuota, si no eres capaz de saludar al que contigo codo con codo lleva o llevó al Señor o a la Virgen por las calles de Granada.